Nira Sosa Santana
Su escasa difusión en los medios impide que la sociedad conozca la competitividad y cooperación que le caracterizan.
Su escasa difusión en los medios impide que la sociedad conozca la competitividad y cooperación que le caracterizan.
El goalball es un deporte creado
para personas ciegas y deficientes visuales. Lo inventan el alemán Hans
Lorenzen y el austríaco Seep Reindl, para que los veteranos de la II Guerra
Mundial que habían perdido la visión en la guerra, compensaran esa pérdida al
desarrollar más otros sentidos. Diego Monreal, profesor de Educación Física de
la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), lo trae a España en 1976 y llega a Canarias en la década de los
noventa. La Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) tutela este
deporte, junto a otros como natación, fútbol o tiro olímpico.
En este deporte, dos equipos de
tres jugadores deben marcar gol en la portería contraria. Cuando un equipo
lanza, los tres jugadores rivales se estiran en el suelo y tratan de parar la
pelota con cualquier parte del cuerpo.
Los jugadores que no son ciegos
totales, pero tienen resto visual, deben usar antifaces opacos o parches oculares
debajo de las gafas protectoras y, así, haya igualdad de condiciones. La
esencia del juego es desarrollar el sentido auditivo para localizar la pelota.
Para facilitar esta labor, el balón -de 1,25 kilogramos- tiene cascabeles en su
interior, y unos agujeros por los que sale el sonido.
El goalball se practica a partir de
los dieciséis años, no requiere límites de estatura y los equipos se clasifican
por sexo: hay tres divisiones masculinas y dos femeninas. Las competiciones no
son por comunidad autónoma, sino que hay un campeonato estatal, para el que se
clasifican los cuatro equipos que tengan mejor puntuación en una liga previa, en
Madrid. La próxima liga comenzará en febrero de 2016.
Los partidos duran veinte minutos y
se realizan en una pista rectangular con porterías de 9 metros de largo por
1,30 metros de alto. Cada mitad de la cancha se divide en tres áreas: área de
defensa, de ataque y neutra. Los jugadores lanzan con la mano el balón, que
debe rodar por el suelo. No obstante, debe picar una vez en el área de ataque y
otra vez en el área neutra, antes de ir a la portería contraria. Para ello, los
jugadores disponen de diez segundos, como máximo. Las líneas del campo se
marcan en relieve para que los jugadores las reconozcan al tacto y puedan
orientarse. El material que se utiliza es un precinto de cinco centímetros de
ancho.
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| Cancha de goalball / Imagen: Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) |
Para protegerse, los jugadores llevan
un pantalón largo acolchado en las caderas; rodilleras y coderas. Las mujeres
juegan con pechera, y los hombres con coquilla. Además, utilizan las gafas de
plástico para proteger los ojos.
En la piel de los deportistas
Idaira Rivero, jugadora del equipo
femenino del Canarias Cludeon -el club de deportes de la ONCE- practica goalball desde el año 2002. Expresa “el
goalball me aporta muchos retos, se trata de decir cada día yo quiero y puedo”.
Esta jugadora, junto con el resto del club, entrena martes y jueves, dos horas
cada día, en entrenamientos mixtos. Ella cree que esto favorece a las mujeres, “aunque
las chicas tiren fuerte, casi nunca van a tirar como un chico. Nosotras estamos
acostumbradas al tiro fuerte”. Así, cree que esto perjudica a sus compañeros,
pues el tiro de ellas es más suave, por lo que los cascabeles se escuchan
menos. Respecto a las lesiones, en goalball se debe adoptar una posición defensiva,
con manos y piernas, y “si no haces la posición bien, puedes recibir balonazos
en la cara”. También pueden lastimarse los dedos al tratar de parar el balón, o
pueden hacerse daño al lanzarse en el suelo. Asimismo, al escuchar el balón “adoptas, sin querer,
posturas para escucharlo o para tirarte mejor”, lo que puede agarrotar los
músculos. A pesar de esto, Idaira lo tiene claro, “el goalball agota, pero
engancha”.
Por su parte, Pedro C. Martín juega
al goalball desde hace ocho años. Ha ido a concentraciones con la selección
española y ha participado en campeonatos internacionales. La mayor dificultad con
la que se encuentra son las infraestructuras, “al conseguir cancha o al marcar
el campo con cinta, que hay centros que no te lo permiten”. Aunque ahora no tienen
ningún problema, “tardamos dos años en conseguir una cancha decente, pero ya la
tenemos”. En cuanto a las lesiones, Pedro destaca que tiene el cuádriceps
dañado, de cargar todo el peso en la pierna. Por otro lado, al contrario de lo
que opina su compañera Idaira, él no cree que el tiro de las mujeres perjudique
a los hombres, “si te acostumbras a tirar y recibir tiros fuertes, cuando te
llegan flojos te cuesta detectarlo”. Así, en los entrenamientos mixtos se
complementan, “tienes que entrenar el oído para todo tipo de tiros”, afirma. Para
Pedro, el goalball es una forma de liberar estrés y olvidar problemas, “durante
cuatro horas a la semana todo se reduce a escuchar un balón con cascabeles”.
Denis es el entrenador de este
equipo de goalball. Explica que los jugadores, por motivos de agenda, no son
siempre puntuales y a veces no asisten, lo que dificulta los entrenamientos. Además,
considera que “no hay tiempo para hacer un entrenamiento específico de chicas y
uno de chicos”.
Entrenar a personas con
discapacidad visual no supone un problema para Denis, aunque sí debe considerar
determinados aspectos, “sobre todo, la orientación en el campo”. Entrena a dos
ciegos totales, los demás tienen restos visuales y le ayudan a guiar a sus
compañeros. Además de adaptar los ejercicios, debe animar a los jugadores en
las competiciones, pues son muy competitivos y exigentes, y “si en un partido
fallan, se vienen abajo”. Aun así, expresa que el trabajo es satisfactorio, “aprendo
yo más de ellos, que ellos de mí”, concluye.
Denis estudia el Grado en Ciencias
de la Actividad Física y el Deporte, en la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria (ULPGC), no está preparado de forma específica para entrenar goalball,
aunque sí existe un título concreto de monitor de este deporte.
Rara vez una persona sabe qué es el
goalball, “la gente suele responder que ha escuchado algo en la televisión”,
declara Idaira. No es un deporte nuevo, solo desconocido. Pedro considera “se
puede promocionar mejor, pero es difícil”. Para publicitarlo, se hacen jornadas
lúdicas en colegios, y competiciones con universidades e institutos, “lo que
funciona es el boca a boca”, manifiesta Idaira.
Quizás, el goalball puede parecer
confuso para quien no lo haya jugado. Esto le ocurrió a Elena Jiménez, alumna
de la ULPGC. No obstante, asegura que como espectadora le gusta verlo, pues es
un deporte curioso y “desde fuera se aprecia cómo los jugadores tienen señales
acústicas para indicar una cosa u otra”. Elena también ha practicado goalball
y, como persona sin discapacidad visual, reconoce que al principio era
complicado, pero “una vez juegas es excitante, no tener visión sube la
adrenalina”.
A pesar del atractivo de este
deporte, apenas hay repercusión en los medios, aunque cada año haya un
campeonato nacional, y se celebren distintos torneos. Es un deporte lleno de
valores que, a su vez, no está valorado por la sociedad.
Vídeo de producción propia


¡¡Buenísimo el artículo!! Expresa claramente la actual situación de este maravilloso deporte. Totalmente de acuerdo con la necesidad de promocionarlo en colegios, jornadas...pasito a pasito.
ResponderEliminarENHORABUENA POR EL ARTÍCULO!! no había tenido tiempo de leerlo con tranquilidad.
Gracias!
Me alegra mucho que te haya gustado, ShebaV. ¡Muchas gracias a ti por leerlo!
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